martes, 27 de agosto de 2013

Capitulo 45

Hola pequeños duendecillos, aquí estoy otra semana más, no he subido primero porque me he ido unos días a casa de mi padre y allí no tengo internet pero bueno me han servido para escribir :)
Solo deciros que la novela esta llegando a su fin, de hecho he avanzado mucho escribiendo, y os tengo algunas sopresitas....... y hasta aquí puedo leer ;)
Os dejo que disfrutéis leyendo y ya sabéis, comentarios monosos abajo o alguna mención en twitter, (@MiRy_jedtioner)
Os loveo duendecillos Miry*

NARRA SARAH

Cuando desperté por la mañana John no estaba a mi lado, me frote los ojos y entonces sentí el agua de la ducha correr, me levante sin hacer ruido y me quite la ropa entrando en el baño, el estaba de espaldas por lo que no podía verme, me mordí el labio y entre en la ducha, coloque mis manos en su espalda y note como se asustaba un poco, empecé a subir mis manos por su espalda y entonces él se dio la vuelta, acaricio una de mis mejillas y me dio un pequeño beso. 

-Buenos días pequeña-, dijo una vez nos separamos.
-Buenos días-, conteste sonriéndole, -¿me dejas ducharme contigo?, pregunte acariciando su cuello.
-Ya sabes la respuesta-, susurro para fundirse en un beso conmigo.

Y después de ese beso muchos más hasta que volvió a hacerme suya, cuando salimos los dos nos vestíamos en la habitación mientras nos mirábamos y nos sonreíamos recordando lo que hacía unos minutos antes había sucedido, me había encantado volver a estar entre sus brazos.
Cuando bajamos al salón solo vi a Mel, ella le dijo a John que su hermano estaba fuera, asintió y salió por la puerta, yo por otra parte me puse a ayudar a Mel con la comida.

-¿Has dormido bien? Pregunto mi amiga con una sonrisa.
-Si, ¿Por qué lo preguntas?, conteste mirándola sin entender.
-No se tienes como un brillo en la mirada que no tenías antes-.
-Bueno es que hay algo. . . hay algo que tengo que contarte-, dije mirándola a los ojos.
-Adelante-, se cruzo de brazos y me miro expectante.
-Bueno es que. . . John y yo anoche pues. . . ya sabes, hicimos el amor-, dijo con las mejillas totalmente rojas.
-¡NO! ¿En serio?, asentí, -¡Ahhh! No sabes cuánto me alegro-, grito mientras me abrazaba efusivamente.

Mientras continuábamos con nuestra labor de cocinar estuve contándoselo todo ya que ella no paraba de preguntar cómo había sido, se lo conté todo incluido lo de esta mañana en la ducha y ella no paraba de saltar y soltar algún que otro “Awww”, yo reía viéndola y daba gracias por tener una amiga así, la iba a echar mucho de menos cuando me fuera pero esperaba volver a verla.
Después de comer y pasar la tarde en la playa llego la hora de prepararnos para la fiesta, Mel y yo nos metimos en el cuarto que compartía con John mientras que el se fue al cuarto de su hermano, estuve un rato delante del armario decidiendo que ponerme y al final opte por un vestido blanco de vuelo por encima de las rodillas, estaba acabando de peinarme cuando vi a Mel con medio cuerpo dentro del armario mientras maldecía.

-¿Pero qué haces? Pregunte sin poder evitar reírme.
-¡YA ESTA! Grito mientras volvía a su posición normal, -es que se me engancho un volante de la falda con no se que que tienes ahí, te juro que pensé que moría-, nos miramos y las dos estallamos en carcajadas.

Una vez estuvimos preparadas bajamos abajo a esperar a los chicos, no pasaron ni cinco minutos cuando les oímos bajar, me fije en John e inconscientemente me mordí el labio, estaba guapísimo, aunque siempre lo estaba, Melanie por el contrario agarro a Edward del cuello y le planto el mayor beso de su vida, una vez se le separo fue ella la que hablo.

-Bueno que, ¿nos vamos?, pregunto ya donde la puerta.
-¿Estamos todos listos?, pregunto John, los tres asentimos y salimos por la puerta dirección al puerto para disfrutar de la fiesta.

La noche era perfecta, hacía calor pero la ligera brisa ayudaba a combatirlo, cuando llegamos a la fiesta había un montón de gente bailando al ritmo de la música, nos acercamos a la barra a pedir unas bebidas y nos mezclamos entre la gente.
Me lo estaba pasando genial bailando con Mel y los chicos, ya llevábamos un par de copas encima y se empezaba a notar el efecto, note las manos de John en mi cintura.

-Pequeña voy a por una copa ¿quieres algo?, me pregunto al oído para que pudiera escucharle.
-Si, tráeme lo mismo de antes-, conteste depositando un pequeño beso en sus labios.

Le vi caminar entre la gente y sonreí, no podía creer que él fuera mío, nos llevábamos tan bien y le quería tanto, había acertado en venir este verano.
Continúe bailando con Melanie y con Edward que no paraban de hacer posturas raras mientras se reían sin parar, me lo estaba pasando en grande, después de un rato me fije que John aun no había vuelto con las copas, me alce en mis pies y me escabullí un poco entre la gente buscándole y entonces lo vi, a John hablando con Natalie, un nudo se formo en mi estomago pero lo que vi a continuación me rompió por dentro.
John y Natalie besándose, no podía creer lo que estaba viendo, mi novio besando a su ex novia, sentí como todo mi mundo se caía sobre mi y como las lagrimas resbalaban por mis mejillas, me sentía totalmente indefensa y rota, vi como él se separaba de ella y caminaba en mi dirección pero cuando me vio paro, mirándome y entendiendo el porqué de mis lagrimas, camino hacia a mí y en ese momento me escabullí entre la gente y comencé a correr dirección a la cabaña, sentía sus gritos llamándome pero seguí corriendo, divise la cabaña y entre subiendo las escaleras.

-¡Sarah! Sarah espera por favor puedo explicarlo-, le vi correr detrás de mi escaleras arriba, pero antes de que me alcanzara entre en la habitación cerrando la puerta de golpe.
-Sarah, pequeña por favor-.
-¡Lárgate! ¡No quiero volver a verte John Grimes! Le grite detrás de la puerta.
-Sarah escúchame no es lo que crees, déjame que te explique-, suplicaba.
-¡No tienes nada que explicarme, lo he visto todo! Conteste entre sollozos, seguro que él me estaba escuchando.
-Pequeña abre por favor, vamos a hablar, te juro que puedo explicarlo-, dijo y entonces abrí la puerta.
-No quiero volver a hablar contigo, ¡Se acabo John! Le tire el colgante que me había regalado cuando cumplimos un mes juntos y volví a cerrar la puerta.

Apoye la espalda en la puerta y me deje caer hasta el suelo envolviendo mis piernas mientras millones de lagrimas salían sin parar, no podía creer que esto estuviera pasando, hace unas horas había sido tan feliz en sus brazos y ahora todo había terminado, el me había prometido que nada nos separaría y esta noche había sido todo lo contrario, me seque las lagrimas con el dorso de la mano y me levante para coger mi móvil, busque el numero de mi hermano y le di al botón de llamar.

LLAMADA
-¿Sarah? Contesto mi hermano.
-Leem. . . dije entre sollozos.
-Sarah cariño ¿Qué ocurre porque lloras?
-Leem quiero irme, quiero irme de aquí-.
-Que ha pasado preciosa-, notaba la angustia en su voz.
-John y yo hemos roto, Leem por favor ven a buscarme-.
-Cariño escúchame, es muy tarde, acuéstate y trata de dormir, te prometo que mañana por la mañana a primera hora estoy ahí-, dijo lo más calmado posible.
-Me. . . ¿me lo prometes? Pregunte entre hipidos debido a las lágrimas.
-Te lo prometo cariño, ya verás como todo se soluciona, ahora duerme mi niña en unas horas estaré contigo-.
-Vale. . . gracias Leem, te quiero mucho-.
-Y yo a ti preciosa, descansa-, y tras eso colgamos.
FIN LLAMADA

Después de hablar con mi hermano me metí al baño a lavarme la cara, me quite la ropa y me puse el pijama para meterme en la cama, cientos de recuerdos de la noche anterior vinieron a mi cabeza y no pude evitar llorar de nuevo, y así, entre sollozos y lagrimas me fui quedando dormida.

[. . . ]

Escuche la alarma del despertador, me gire para mirar la hora, las 6:30 de la mañana, me levante y me di una ducha, nada más salir me vestí con algo cómodo y guarde mi ropa en la maleta, en ese momento me llego un mensaje, cogí el móvil y lo abrí:

“Pequeña en cinco minutos estoy ahí,  un besito”

Suspire y mire que lo tuviera todo conmigo, tras comprobar que no me faltaba nada abrí la puerta de la habitación, vi que no había nadie y baje las escaleras sigilosa, cuando llegue a la planta de abajo tampoco había nadie, eso hacia más fácil el poder irme sin tener que verle, abrí la puerta con cuidado y Salí cerrándola detrás de mí.
En ese momento vi el coche de mi hermano asomarse por la carretera, llego junto a mí y aparco, nada más bajarse me tire a sus brazos que me recibieron con un enorme abrazo, notaba las lagrimas agolparse tras mis parpados, mi hermano me separo y me miro.
-No quiero que llores mi niña, estoy aquí-, me dijo mientras acariciaba mis mejillas, -ahora vamos a casa y cuando lleguemos me cuentas que ha pasado ¿de acuerdo?, yo asentí.
 Y tras darme un beso en la frente subí mi maleta al coche y nos pusimos rumbo a casa.
En mitad del viaje me quede dormida ya que la noche antes no había podido dormir bien, cuando desperté aun no habíamos llegado, me acomode en el asiento y mi hermano me miro mientras esbozaba una sonrisa, aun quedaba algo de trayecto y mi estomago empezó a rugir, Leem debió sentirlo porque me miro y me dijo que pararíamos a desayunar porque el necesitaba también un café.
Paramos en una cafetería, y tras pedir nos pusimos a desayunar, note como algo vibraba en mi bolsillo, saque el teléfono y el nombre de John se iluminaba en la pantalla, le di al botón de colgar y volví a guardarlo, a los 10 minutos lo mismo y así hasta 10 llamadas.

-¿Quién es? Pregunto mi hermano mientras terminaba su café.
-John. . . no ha parado de llamarme-, conteste y solté un suspiro, en ese instante me llego un nuevo mensaje de él:
“¿Dónde estás? He visto que tus cosas ya no están en la habitación, no me hagas esto Sarah. . . lo siento, dime que estas bien, te quiero –John”

Tras leerlo le di a borrar, no quería saber nada mas de él, me había engañado y de la peor forma, recordé lo que Mel me había contado sobre Eric cuando nos conocimos, ahora sentía lo que era que te engañaran y delante de tus ojos, termine lo que me quedaba de café y después de que mi hermano pagara salimos del local para subirnos al coche y continuar el camino hasta casa.
En poco menos de una hora por fin habíamos llegado, me baje del coche y cogí mi maleta para entrar en casa, nada más hacerlo me tire en el sofá, estaba agotada ya que apenas había dormido esa noche, mi hermano se acerco con dos botes de helado y sentándose a mi lado me dijo que le empezara a contar que había pasado.
Cogí aire y expulsándolo empecé a contárselo todo, no pude evitar que las lágrimas salieran de mis ojos mientras hablaba, Leem me las quitaba con sus pulgares pero volvían a salir una detrás de otra.

-Y. . . eso fue lo que paso-, dije derramando las ultimas lagrimas.
-Mi niña no sabes cuánto lo siento-, me abrazo mientras acariciaba mi espalda.
-No importa Leem-, iba a subir a mi cuarto cuando mi hermano me detuvo.
-Espera aquí, tengo algo para ti-, beso mi cabeza y se dirigió escaleras arriba.

Me quede sentada en el sofá comiendo de mi bote de helado mientras esperaba a que mi hermano volviera, no pasaron ni cinco minutos cuando estaba de vuelta a mi lado.
Se sentó mirándome con una sonrisa mientras sostenía entre sus manos el sobre que contenía mi beca para la Escuela de baile.

-Queda poco tiempo para la matricula así que mejor cubrirla ya ¿no? Y me tendió el sobre.
-Leem de que hablas, sabes lo que han dicho mama y papa-, conteste dejándolo sobre la mesa.
-Veras, resulta que después de pasarme casi tres horas discutiendo con ellos por teléfono, pues digamos que les he convencido-, una sonrisa asomaba en sus labios.
-Me estás diciendo que, ¿Voy a ir a Italia? Pregunte levantándome del sofá emocionada.
-Exactamente eso pequeña, así que venga a rellenar la solicitud-, dijo dando palmaditas en el sofá para que me sentara a su lado.
No sé cuantas veces le di las gracias a mi hermano por conseguir convencer a nuestros padres, tras rellenar  la solicitud no podía creerme que fuera a cumplir mi sueño, pero lo cumpliría sola.

[. . .]

El verano se estaba acabando, hacia una semana que había mandado la solicitud de mi beca por correo y esperaba con ansia la llamada que me dijera cuando tenía que irme, Melanie se había enterado de lo mío con John y había venido a casa un par de veces para ver como estaba, Edward me llamaba para preguntar y el. . ., el simplemente llamaba o mandaba mensajes los cuales nunca contestaba, había venido un par de veces pero Leem no le dejaba pasar por petición mía, había escuchado como le decía a mi hermano “Dile que la quiero” y después se iba, lo que ocasionaba que yo llorara todas las noches.
También había hablado con mis padres, incansables veces les había dado las gracias por dejarme cumplir mi sueño, mi padre me había hecho prometer que si el baile no salía bien estudiaría una carrera, yo por mi parte acepte su trato siempre y cuando me apoyaran, cosa que me prometieron hacer.
Ya hacía varias semanas que John y yo habíamos roto, ahora apenas salía, de vez en cuando con mi hermano y en alguna ocasión con Mel, cosa que no salió bien porque nos encontramos con los chicos en el parque, John intento hablar conmigo pero eso solo fue a peor, sabía que no estaría a gusto en Dublín sabiendo que él estaba aquí, así que esa misma noche le pedí a Leem volver a casa para pasar los días que quedaban antes de irme a Italia, basto un “Si” y al día siguiente me encontraba preparando las maletas.


[Sarah cumple su sueño, Italia la espera para hacer lo que más ama aunque lo haga sola, ¿Qué pasara cuando esté a punto de subirse al avión? Y ¿Que harán Mel y Edward tras recibir una noticia? ]





lunes, 12 de agosto de 2013

Capitulo 44

Holaaaa duendecillos, bueno pues nada aquí estoy otro día más, gracias a los que habéis contestado y seguís leyendo, 4 han decidido irse pero bueno, y 8 aun no me han contestado...
Solo espero que los que seguís disfrutéis hasta el final, que ya queda muuy poquito.
Un abrazo y muchos besos....



NARRA JOHN

Todo estaba yendo perfecto hasta que recibí esa llamada, estaba cansado de decirle a Natalie que no quería nada con ella pero ella seguía insistiendo, mensajes, llamadas y siempre con lo mismo, me recordaba muchos de los momentos que habíamos pasado juntos, incansables veces le dije que no me importaba pero ella insistía y yo tenía miedo de que me hiciera dudar, pero no, yo estaba enamorado de Sarah, no podía dudar.
Sentí la puerta del baño cerrarse con un portazo, subí las escaleras y pique a la puerta, solo había podido ser ella, le pregunte si estaba bien y ella me contesto que sí, pero algo en su voz me decía que no y cuando salió y la mire a los ojos supe que no me equivocaba, me escondía algo pero ella sabia disimularlo bien.
La seguí hasta nuestra habitación intentando que me dijera que pasaba pero ella me decía lo mismo “No pasa nada”, opte por dejarlo tal cual, pero viéndola ahí, delante de mi solamente con una toalla mis ganas de hacerla mía aumentaron, estaba enamorado de esa chica hasta las trancas y quería amarla en todos los aspectos, me acerque a ella y la rodee besándola, ese beso se estaba volviendo más intenso, cada vez me costaba más controlarme y tras decirle cuando la deseaba sucedió, por fin la tuve entre mis brazos, por fin la había hecho mía, porque Sarah era solo mía.

[. . . ]

Me revolví entre las sabanas comenzando a despertar, Sarah seguía a mi lado completamente dormida, me quede unos minutos mirándola y recordando lo sucedido hace un par de horas y sonreí como un idiota, deposite un beso en su cabeza y me levante para darme una ducha.
Cuando Salí me fije que ella ya no estaba en la cama, me puse unos pantalones cortos y una camiseta y baje las escaleras, mi hermano estaba en el salón viendo la televisión.

-Hola Ed-, dije sentándome en el sillón de al lado.
-Hola-, contesto él mientras seguía haciendo zapping.
Escuchaba a las chicas hablar en la cocina, supuse que estarían haciendo la cena y no me equivoque cuando minutos después Mel nos gritaba para que pusiéramos la mesa, el primero en levantarme fui yo, mire a mi hermano y le hice un gesto para que se levantara pero solo me dijo que quería ver esos dibujos, me encogí de hombros y fui a por las cosas.
-¿Y tu hermano?-, me pregunto Mel nada más aparecer en la cocina.
-Viendo dibujos-, reí y una Mel enfadada salió de la cocina.

Sentimos los chillidos de Edward y segundos después,  Mel aparecía en la cocina con el agarrándole de una oreja, Sarah y yo nos echamos a reír, cuando por fin todo se calmo pudimos poner la mesa en paz y nos sentamos a cenar, como siempre la cena paso entre risas, bromas y demás, Edward dijo algo de una fiesta al día siguiente cerca del puerto, a todos nos pareció buena idea así que quedamos en ir.
Después de terminar de cenar recogimos todo entre los cuatro, la idea estaba entre ir a dar un paseo o ver una película, una mirada de las chicas basto para saber que habían elegido la peli, preparamos palomitas y demás y nos tiramos cada uno en un sillón.
A mitad de peli Mel se estaba quedando dormida, mi hermano comía palomitas sin ganas, Sarah jugaba con un mechón de su pelo y yo no encontraba postura.

-Esta peli es un rollo-, dijo Sarah de repente.
-Estoy de acuerdo ehh, además mirad a Mel, se está quedando dormida-, Edward la miro y le tiro palomitas.
-Edward Grimes estoy despierta-, contesto ella levantándose y tirándose encima de él.
-Tú qué dices-, pregunto Sarah a milímetros de mi cara.
-Estoy de acuerdo, es un rollo, prefiero irme a la cama-, dije levantándome, -¿vienes?, le tendí una mano a Sarah para que se levantara, y tras despedirnos de los chicos nos fuimos a nuestro cuarto.
Estuvimos un rato hablando antes de que ella se quedara dormida, la arrope y la acerque más a mí, ella se removió y escondió su carita en el hueco de mi cuello, me quede un rato despierto oliendo su pelo y poco a poco fui cayendo en brazos de Morfeo.

[. . .]

A la mañana siguiente me desperté antes que ella, cogí el móvil para mirar la hora y vi que apenas eran las 8:00, estaba totalmente despejado así que decidí levantarme con cuidado de no despertar a mi chica, me puse mis pantalones de deporte, una camiseta y mis deportivas, cogí el Ipod y baje las escaleras para salir a correr un rato, cerré la puerta detrás de mí y dándole al play comencé mi recorrido con la brisa dándome en la cara, correr era algo que me gustaba, me despejaba y me alejaba de todas las preocupaciones.
Después de un par de horas decidí que era hora de volver, cuando llegue de nuevo a casa todos seguían dormidos aun, subí las escaleras sin hacer ruido y abrí la puerta de la habitación, Sarah aun seguía dormida, me quede observándola unos segundos mientras sonreía como un bobo, vi como se removía pero sin llegar a despertarse, le eche un último vistazo y me metí en el baño para darme una ducha, abrí el agua y tras quitarme la ropa me metí dentro dejando que el agua tibia resbalara por mi cuerpo.
Estaba tan absorto en mis pensamientos cuando note unas manos en mi espalda haciéndome dar un pequeño salto, sentí como sus manos subían y acariciaban mis hombros y depositaba pequeños besos a lo largo de mi columna haciéndome estremecer, lentamente fui dándome la vuelta encontrándome con esos ojos verdes que tanto me gustaban y esa pequeña sonrisa instalada en su rostro, acaricie una de sus mejillas para después regalarle un beso.

-Buenos días pequeña-, dije una vez nos separamos.
-Buenos días-, contesto sonriéndome, -¿me dejas ducharme contigo?, pregunto acariciando mi cuello.
-Ya sabes la respuesta-, susurre para fundirme en un beso con ella.

Después de una ducha y de que volviera a hacerla mía de nuevo,  los dos estábamos vistiéndonos mientras nos mirábamos entre sonrisas recordando lo sucedido minutos antes, y es que ahora podía decir que era el chico más feliz del mundo y que nadie que no fuera ella conseguiría hacerme sentir de tal manera.
La mañana paso tranquila, estuvimos un rato en la playa y después una comida entre risas, como solían ser siempre que nos juntábamos los cuatro.
Llego la tarde y con ello casi la noche, las chicas se encontraban en la habitación que yo compartía con Sarah preparándose para la fiesta en el puerto esta noche mientras que mi hermano y yo nos encontrábamos en su habitación decidiendo que ponernos, al final opte por ponerme unos vaqueros cortos desgastados y algo rotos con una camisa, mientras que Edward se decidió por pantalones negros y camiseta blanca, a la hora del calzado coincidimos ya que los dos nos pusimos los mismos playeros, revolví un poco mi pelo, me eche colonia y listo, Edward terminaba de peinarse cuando sentimos las risas de las chicas.
Salimos de la habitación y bajamos a la planta de abajo para encontrarnos con ellas, en cuanto vi a Sarah mi boca se abrió automáticamente, llevaba un vestido blanco de tirantes que le llegaba un poco más arriba de las rodillas y con algo de vuelo, unas sandalias marrones y el pelo recogido con una trenza hacia un lado, estaba realmente preciosa, mire a mi hermano que estaba dándole una vuelta a Mel, ella llevaba una falda marrón clarita por encima de las rodillas y con vuelo y una camiseta blanca de manga corta por dentro, unas sandalias blancas y el pelo en una coleta alta rizada, también estaba realmente preciosa.
-Bueno que, ¿nos vamos?, pregunto Mel ya donde la puerta.
-¿Estamos todos listos?, pregunte, los tres asintieron y salimos por la puerta dirección al puerto para disfrutar de la fiesta.

Cuando llegamos ya había un montón de gente,  el ambiente era de una verdadera fiesta, la gente bailaba y se lo pasaba genial, nos fuimos a la barra a por unas bebidas y nos mezclamos entre la gente para bailar. Ya llevábamos más de una hora en la fiesta y nos lo estamos pasando genial.
-Pequeña voy a por una copa ¿quieres algo?, le pregunte a Sarah al oído para que pudiera escucharme.
-Si, tráeme lo mismo de antes-, contesto depositando un pequeño beso en mis labios.
Camine entre la gente con algo de dificultad, el alcohol empezaba a subirse, estaba apoyado en la barra esperando para pedir cuando alguien se me acerco por detrás y me tapo los ojos.

-¿Quién soy?, pregunto-, “esa voz no, no podía ser”, me di la vuelta enseguida y la vi.
-Natalie. . . susurre mirándola ahí delante de mí.
-Hola John, que casualidad encontrarte por aquí-, ¿Qué pequeño es el mundo no?
-Que quieres-, dije seco, no me hacía gracia tener a Natalie a escasos centímetros de mí.
-Jolín John no te recordaba tan borde, simplemente te vi y quise venir a saludarte-, se acerco un poco más a mí, -¿Soy una mala persona por eso?
-Te recuerdo que tú y yo no nos saludamos, no te quiero cerca de mi Natalie-, conteste dispuesto a irme pero entonces ella me agarro.
-Vamos John no seas así, te he pedido perdón, me arrepiento de lo que te hice-, vi como acercaba sus labios a mi oído, -además, ya sabes que tu aun me gustas-.
-Pero no pareces entender que tu a mi no, tengo novia y la quiero, ahora si me permites me voy-, intente esquivarla pero entonces ella se acerco poniendo sus manos alrededor de mi cuello.
-Recuerda quien fue tuya primero John, fui yo, tu primer beso fue conmigo, tu primera vez y la mía, todos esos momentos que pasamos entre risas. . .
Cada vez se acercaba mas a mí, y no pude evitar mirarla a los ojos y entonces miles de recuerdos me invadieron por completo, cuando la vi por primera vez, cuando le pedí que fuera mi novia, nuestra primera vez juntos, notaba como la cabeza me daba vueltas, Natalie me sonreía mientras se acercaba mas a mí, aparte un mechón de pelo colocándolo tras su oreja y me acerque más ella, sentía su aliento chocar contra mis labios y entonces sucedió, juntamos nuestros labios moviéndolos al mismo ritmo, ere un beso cargado de emociones, sentimientos, rabia. . . entonces recordé a Sarah y me aparte bruscamente de ella.
-¿Qué pasa? Pregunto con los labios rojos y algo hinchados por el beso.
-Esto jamás debió pasar, que te quede claro Natalie, tengo novia y estoy enamorado de ella-, y dándole la espalda me dirigí a donde había dejado a mi hermano y las chicas.
 Pero algo me paro en medio camino, Sarah, estaba ahí delante de mí con los ojos llenos de lagrimas mirando en mi dirección, lo había visto todo, maldita sea, me acababa de ver besándome con Natalie, camine hacia ella pero la vi escabullirse entre la gente, corrí detrás de ella gritando su nombre pero nada, la vi correr dirección a la cabaña, acelere mi ritmo y entre tras ella.
-¡Sarah! Sarah espera por favor puedo explicarlo-, corrí escaleras arriba y vi como la puerta de nuestra habitación se cerraba de golpe.

-Sarah, pequeña por favor-.
-¡Lárgate! ¡No quiero volver a verte John Grimes! Me gritaba detrás de la puerta.
-Sarah escúchame no es lo que crees, déjame que te explique-, suplicaba.
-¡No tienes nada que explicarme, lo he visto todo! Escuchaba sus sollozos detrás de la puerta.
-Pequeña abre por favor, vamos a hablar, te juro que puedo explicarlo-, entonces vi como la puerta se abría.
-No quiero volver a hablar contigo, ¡Se acabo John! Me tiro el colgante que yo le había regalado cuando cumplimos un mes juntos y volvió a cerrar la puerta.

Me agache para recogerlo entre mis manos y en ese momento comencé a llorar, “Se acabo John” esas palabras resonaban en mi cabeza, Sarah acababa de dejarme, acababa de perder a la chica de mi vida y todo por una estupidez, todo por culpa de dejarme llevar con Natalie, me sentía roto en ese momento, toda la felicidad que había sentido horas antes se había esfumado y ahora solo había dolor, un dolor que emitía a través de mis lagrimas y más dolor aun mientras escuchaba a la chica a la que amaba sollozar dentro de esa habitación por mi culpa.


[Una fiesta. . . Un error. . . Un acto que cambia las cosas, y cuando todo parecía ir perfecto algo se rompe. . . ¿Podrá John recuperar a la chica a la que ama? O por el contrario harán sus vidas separadas. . .]