-Pues nada ¡ES OFICIAL! he terminado las prácticas, si si, y he aprobadoo, el titulo es mio jeje.
-Ya estoy en casa, osea en casa de mi madre de nuevo, ya tengo Internet ilimitado jajajaja por fin me sentía sola en casa de mi padre jejeje.
-Ya se que lo he dicho por twitter pero lo repito, ¡PERDONARME! por no ayudar todas esas veces con cositas de los twins, de verdad, me pasaba 10 horas metida en el trabajo y me era imposible.
-PERDÓN de nuevo, lo tenia que haber subido ayer pero me fui a ver a la famili y ya sabéis jejeje
-Y nada creo que ya esta todo, no se me olvida nad. . . ¡MENTIRAAAAA!
¡FELIZ NOCHE Y FELIZ NAVIDAD A TODOS DUENDECILLOS, OTRO AÑO QUE OS TENGO CONMIGO , Y A LOS QUE HE CONOCIDO ESTE AÑO ESPERO PASAR MAS NAVIDADES CON VOSOTROS!
Ahora si, que paséis unas fiestas geniales, para mi este año no lo serán tanto, 1 añito sin esa persona, pero siempre va a estar conmigo, en mi corazón, ¡Te echo de menos David! :'(
Y nada que os quiero mucho chiquis, un montón de amor para todos y a disfrutar de este capitulo que se que os prestara lo que vais a leer ;)
NARRA MELANIE
La cena iba genial,
la verdad es que Edward tenía razón cuando me decía que estuviera tranquila,
sus padres eran encantadores y me hicieron sentir como una mas desde que
llegue, a medida que pasaba el tiempo me sentía mucho mas cómoda, sus padres
nos contaban anécdotas de cuando los chicos eran pequeños, Sarah y yo no
parábamos de reír, yo miraba a Edward y el solo se limitaba a agachar la cabeza
negando mientras tapaba su cara con las manos, John en cambio se dedicaba a
pelear con Sarah, cada vez que ella reía le decía que si volvía a reírse volvería
a pie a casa, ella le ponía ojitos y el claro no se resistía, nunca pensé que
me lo pasaría tan bien.
Acabamos de cenar y
John se fue a arriba con Sarah para enseñarle no se qué cosa de la guitarra, yo
estaba ayudando a la señora Grimes a recoger cuando sentí unos brazos rodear mi
cintura.
-Mama, ¿te importa si
te la robo un momento? Dijo Edward mirando en dirección a su madre.
-Claro que no, Mel
cariño no te preocupes ya sigo yo, me dedico una sonrisa y yo se la devolví.
Me gire hacia mi
chico que me miraba sonriente, me dio un beso en la frente y nos dirigió al
jardín, una vez ahí me hizo sentarme en el sillón balancín y el a mi lado.
-¿Pasa algo? Pregunte
mientras apoyaba mi cabeza en su pecho.
-Claro que no, todo está
bien Mel, mas que bien, y un suspiro se escapo de sus labios, levante la cabeza
y le mire.
-¿Seguro? Acaricie su
mejilla suavemente, el se limito a mirarme y a sonreír mientras asentía.
Estuvimos un par de
minutos en silencio, escuchando el sonido de los arboles moviéndose por el
viento, la noche estaba tranquila, no hacia frio y la luna brillaba, tenía los
ojos cerrados mientras jugaba con la mano de Edward, el estaba entretenido
acariciando mi pelo, me encantaban sus caricias, siempre tan suaves, ojala el
no cambiara como lo hizo Eric, ojala que entre nosotros todo fuera bien, lo
deseaba con todas mis fuerzas, ya había sufrido bastante en mi anterior
relación, de repente me vinieron a la mente las últimas palabras que Eric me
había dicho antes de que me mudara, “Nena, da igual donde vayas, sabré donde
estas”, un escalofrió me recorrió el cuerpo, ¿Sabría donde estaba ahora? ¿Me
habría encontrado? Cerré los ojos fuertemente para alejar esos pensamientos de
mi cabeza, “No, no, el no puede saber donde estoy, es imposible, tranquila Mel”
me dije a mi misma interiormente, abrí los ojos e incline mi cabeza para mirar
a Edward, tenía los ojos cerrados y la cabeza recostada hacia atrás, estaba
absolutamente precioso, me disponía a darle un pequeño mordisco en el cuello
cuando su voz me sorprendió.
-Melanie estoy
despierto, no creas que no sé lo que vas a hacer, dijo con los ojos aun
cerrados.
-¿Es que tienes un
sexto sentido o algo así? Dije enderezándome para mirarle, abrió los ojos y
levanto su cabeza para mirarme.
-Cuando se trata de
ti si, dijo mientras acariciaba una de mis mejillas.
-¿Me estabas leyendo
la mente Ed? Pregunte levantando una ceja.
-Claro que no Mel,
pero tengo un buen maestro, aprendo mucho de él, una sonrisa apareció en su
rostro mientras yo hacia una mueca.
-Pues déjame decirte
algo, me acerque un poco más, -John es una mala influencia para ti, me miro
levantando una ceja.
-¡Oye! Grito una voz,
levantamos la mirada y vimos a John asomado a la ventana de su cuarto, -eso ha
dolido Mel, dijo llevándose una mano al pecho, Edward empezó a reír.
-¡Pero bueno! ¿Se
puede saber que haces espiándonos? Dije cruzándome de brazos.
-Yo no estaba
espiándoos, fue solo casuali. . . ¡¡¡Auch!!!, -Sarah, ¿se puede saber porque me
pegas? Dijo llevándose la mano a la nuca, mi amiga apareció en la ventana.
-Por cotilla, ahora
tira para adentro, John hizo un puchero y se metió de nuevo dentro, -lo siento
chicos, ale seguir con lo vuestro, nos dedico una sonrisa y se metió dentro
cerrando la ventana.
Edward y yo nos
miramos por un momento y sin poder evitarlo estallamos en carcajadas, la verdad
es que había sido un momento gracioso, estuvimos hablando durante un rato mas,
mire el reloj que marcaba la 1:30 de la madrugada, John se asomo a la puerta y
nos dijo que era hora de irse, Edward y yo entramos dentro y tras despedirnos
de todos y que la madre de los chicos me dijera que volviera cuando quisiera,
salimos, nos metimos en el coche y pusimos rumbo a casa.
Primero me llevaban a
mí, estábamos llegando cuando mi móvil vibro dentro del bolso, lo saque y vi
que era un mensaje de mi madre, me decía que se quedaban en el pueblo a las
afueras y que volverían a medio día, le conteste con un “De acuerdo mama, te
quiero” y guarde el móvil, note como John disminuía la velocidad y aparcaba
justo enfrente de mi casa, me despedí de él y de Sarah y me baje del coche
seguida por Edward, saque las llaves del bolso y abrí la puerta, antes de
entrar me gire y Ed me cogió por la cintura mientras besaba mis labios, rodee
su cuello y le seguí el beso, juro que nunca me cansaría de sus besos, notaba
que necesitaba respirar y lentamente me separe de él, abrí los ojos y me encontré
con los suyos, me miraba con una tierna sonrisa en los labios, pase un dedo por
sus labios y el apoyo su frente en la mía.
-Ed, susurre, abrió
los ojos y me miro, -¿quieres quedarte? Pregunte a la vez que mis mejillas
tomaban algo de color.
-¿Quieres que me
quede? Dijo cogiendo mi cara entre sus manos.
-Te lo estoy pidiendo
¿no? Le dedique una sonrisa, el me la devolvió y tras darme un pequeño beso
susurro “Claro que quiero quedarme”.
Entramos por fin en
casa y cerré la puerta con llave, mientras el avisaba a su hermano de que se
quedaría a dormir en mi casa, yo entre en la cocina y me serví un vaso de zumo,
le sentía hablar en el salón y sonreí, quien me iba a decir a mí que mudarme a
otra ciudad me haría tanto bien, Edward era increíble, por más que le buscaba
defectos no los encontraba, tal vez un poco testarudo pero nada más, simplemente
perfecto.
Estaba dejando el
vaso en el fregadero cuando sentí unas manos en mi cintura y un beso en el
cuello, instantáneamente cerré los ojos y me deje llevar por la sensación, sus
brazos me rodearon desde atrás y siguió besando mi cuello haciendo que algún
suspiro escapara de mis labios, me gire hacia él y sin dudarlo le bese, pase mi
lengua por su labio inferior y acto seguido me dio ese permiso, nuestras
lenguas se encontraron y empezaron a batallar entre ellas, note como poco a
poco la intensidad del beso iba disminuyendo hasta acabar separándonos, nos
miramos y los dos reímos a la vez.
Después de terminar
de reírnos, los dos subimos a mi habitación, entramos y cerré la puerta, le
dije a Edward que se pusiera cómodo, cogí mi pijama y me metí en el baño, tras
cepillarme los dientes y el pelo, me quite la ropa y me puse el pijama, Salí
del baño y casi me da un infarto, me quede quieta apoyada en la puerta del baño
mirándole, Edward estaba asomado a la ventana y solo llevaba puesto sus bóxers,
no pude evitar mirarle de arriba abajo y morderme el labio, el no se había
percatado de que yo estaba mirándole hasta que sin querer se me cayó el cepillo
de la mano, el enseguida se dio la vuelta y me miro, tuve que respirar hondo
antes de decir nada, aparte de estar casi desnudo, su pelo estaba totalmente
despeinado.
-¿Estás bien?
Pregunto poniendo una sonrisa torcida.
-Eh sí, sí, estoy
bien, es que se me ha resbalado el cepillo.
Me agache a cogerlo y
cuando me levante el me lo quito dejándolo encima del escritorio, me miro a los
ojos y aparto un mechón de pelo colocándolo tras mi oreja, me estremecí ante su
contacto y el rio, pase mis manos por detrás de su cuello y lentamente las fui
deslizando a través de su espalda, esta vez fue él el que se estremeció y yo la
que reí, volvimos a mirarnos a los ojos y no aguantamos mucho tiempo sin juntar
nuestros labios, poco a poco el beso iba subiendo de intensidad, sus manos
bajaron por mi espalda y se metieron bajo la camiseta de mi pijama, dejo mis
labios por un momento y se dedico a besar mi cuello, no pude evitar que un
suspiro escapara de mi boca, subió más sus manos y antes de que pudiera
reaccionar estaba levantando los brazos para que pudiera deshacerse de esa
prenda quedándome en sujetador, mis mejillas automáticamente se tiñeron de
rojo, volvió a besar mi cuello mientras me acariciaba la espalda, note un
pequeño mordisco y clave mis uñas en su espalda haciendo que un pequeño gruñido
escapara de sus labios.
Volvió a mis labios y
los beso lentamente, note como empezaba a caminar en dirección a la cama, mis
piernas chocaron contra esta y el lentamente me tumbo en ella colocándose
encima de mí, no podía decir que no estaba nerviosa, porque creedme que lo
estaba, se separo un poco de mí y me acomode mejor en la cama, iba a decirle
algo cuando me callo con un beso, vi como estiraba su mano hacia la mesita y
apagaba la luz quedándonos alumbrados por la luz de la luna que entraba a
través de la ventana, suspire y entonces escuche su voz.
-No tengas miedo,
susurro en mi oído, -prometo no hacerte daño, y acaricio mi mejilla.
Simplemente asentí, y
el volvió a besar mi cuello mientras sus manos acariciaban mis caderas, mis
manos estaban en su espalda recorriéndola de arriba abajo, note como sus manos
subían, una de ellas se metió entre el colchón y mi espalda, sentí como
desabrochaba mi sujetador y con un dulce beso en los labios me lo quito,
reaccione abrazándome a él, podría jurar que mis mejillas estaban más que rojas
en ese momento.
-No tengas vergüenza
conmigo Mel, susurro contra mis labios, -eres preciosa, dijo mientras una de
sus manos acariciaba mi cuello, yo no dije nada.
-Si no estás segura
de esto podemos parar, notaba como su tono de voz era de preocupación, acaricie
su mejilla mientras le sonreía y bese levemente sus labios, -Entonces, ¿quieres
hacerlo? Pregunto mirándome fijamente.
-Edward, estoy segura
de ti, quiero hacerlo, quiero ser tuya. . . mi voz solo era un susurro.
Tras sonreírme me
dijo que me relajara, cerré los ojos apoyando mi cabeza sobre la almohada, el
seguía con sus besos por mi cuello, mis manos estaban enredadas en su pelo,
note sus manos en mis caderas y lentamente sentí como la parte de abajo de mi
pijama desaparecía, antes de que pudiera decir o hacer nada sus manos volvieron
a mis caderas deshaciéndose esta vez de mi ropa interior, dejándome totalmente
desnuda ante su vista, “Relájate Mel, no te hará daño” me dije a mi misma, cogí
aire y tras soltarlo lleve mis manos a la altura de sus bóxers, con un ligero
movimiento me deshice de ellos, ahora los dos estábamos en igualdad de
condiciones, piel con piel y sin nada que se interpusiera entre nosotros.
Edward aparto las
sabanas y nos metió entre ellas, su cuerpo era cálido y suave, y su olor
embriagador, escondí mi cara en el hueco de su cuello y le bese escuchando como
pequeños suspiros escapaban de sus labios, seguía entretenida en su cuello
cuando sentí su mano en mi feminidad, suspire al contacto, el levanto la vista
hacia mí y me beso cortamente, notaba sus caricias y sin poder evitarlo un
pequeño gemido se escapo de mi boca, eso pareció volverle loco porque note como
se estremeció, trague saliva y cerré los ojos, los abrí y sin dudarlo deslice
mi mano por su cuerpo hasta encontrarme con esa proporcionada parte suya, le
acaricie suavemente escuchando sus suspiros y algún que otro gemido, vi como
estiraba su mano hacia la mesita pero antes de que pudiera coger su cartera le cogí
la mano apartándosela.
-Mel ¿Qué. . .? le
corte.
-Estoy tomando la
píldora, además quiero sentirte, no quiero que nada se interponga entre
nosotros.
Me miro fijamente
como si se lo estuviera pensando, le di un pequeño beso y eso pareció
convencerle porque entonces le sentí dentro de mí, suspire y me aferre a su
espalda, notaba como se deslizaba sobre mí con embestidas suaves, ninguno
decíamos nada, solo se escuchaban nuestras respiraciones agitadas y algún que
otro gemido, cerré mis ojos echando la cabeza hacia atrás y sentí su lengua en
mi cuello mientras seguía entrando y saliendo de mi y sin darme cuenta
pronuncie su nombre, sus embestidas se hicieron mas rápidas dándome mucho mas
placer, después de varios minutos ambos acabamos rendidos, abrazados entre las
sabanas, Edward se acostó a mi lado y me abrazo mientras yo ponía mi cabeza en
su pecho.
-Te quiero Melanie,
pronuncio con voz suave.
-Yo también te quiero
mi rubio, dije con un hilo de voz antes de quedarme dormida en sus brazos.
[. . .]
[Y así los dos
hicieron el amor por primera vez, amándose como ambos saben, susurrándose
palabras de amor y dando un paso más en su relación. . . Pero quizás las cosas
ahora se compliquen, alguien está muy cerca de ella. . .]