Aquí estoy de vuelta con otro capitulo más, pero antes haré un aviso...
AVISO!!!!!
Solo quedan 5 capitulos para acabar más el Epílogo final, (aclaro que son 7, 5 son desde el último que escribí) tengo 22 lectores de los cuales solo 3 comentan, aquí anuncio que como no dejéis un comentario bien aquí o en twitter, dejaré de subir, siento si soy brusca pero me tomo mis molestias para no recibir nada a cambio.
Dejo mi twitter para los que no lo sepan [ @MiRy_Jedtioner ]
Ahora sin mas preámbulos, os dejo que disfrutéis del capitulo.
NARRA SARAH
Por fin Melanie
estaba de vuelta y todo volvía a la normalidad, habían sido unos días muy
duros, entre el funeral de Eric y la recuperación de Mel, estaba deseando
hablar con ella sobre ello, pero decidí que era mejor esperar un poco, todo
estaba reciente y recordarlo no le haría mucho bien.
Después de pasar
parte del día en la playa jugando y pasándolo bien decidimos volver a la cabaña
y cambiarnos para comer, entre Mel y yo preparamos pasta y ensalada mientras
los chicos ponían la mesa, la comida transcurrió entre risas, bromas, anécdotas,
todo lo posible para dejar atrás lo sucedido, tras comer y recogerlo todo
Edward y Mel se fueron, querían pasar algo de tiempo juntos y decidieron por
dar un paseo por la playa.
Estaba acabando de
guardar unas cosas en la cocina cuando escuche a John hablar en el salón, no
parecía contento, me asome un poco y vi que hablaba por teléfono, tenía una
expresión seria y por su tono de voz estaba molesto, me di la vuelta para
meterme de nuevo en la cocina cuando entonces lo escuche, me pare en seco
quedándome totalmente inmóvil ante ese nombre que el acababa de pronunciar,
“Natalie”, no podía creerlo, ¿Qué querría ella de el? Él le había dejado claro
que no quería saber nada de ella y sin embargo ella seguía llamándole, la rabia
me inundo por completo y las lagrimas amenazaban con salir de mis ojos, cuando
escuche como sus pasos se dirigían a donde estaba yo, Salí de la cocina y corrí
escaleras arriba encerrándome en el baño.
No es que desconfiara
de John, claro que no, pero esa chica no me daba buena espina, lo que no
entendía era porque John no me había contado que ella seguía molestándole, se
supone que tenemos confianza y nos lo contamos todo aunque el esta vez había
preferido ocultármelo.
Abrí la ducha y deje
que la bañera se fuera llenando, tal vez un baño me ayudara a relajarme y me
hiciera olvidar esa maldita llamada, me desvestí y una vez que el agua estaba
como a mí me gustaba me metí dentro, suspiré por el contacto del agua, me
recosté hacia atrás y comencé a pensar en todo, lo primero que se me vino a la
cabeza fueron mis padres, Leem los había llamado para hablarles sobre mi beca
aunque ellos seguían en las mismas pero mi hermano no se daba por vencido lo
cual a mí en parte me alegraba y en parte me daba miedo, sacudí la cabeza para
alejar esos pensamientos pero en seguida otros me inundaron.
John. . ., y con el
Natalie, odiaba el hecho de que ella siguiera detrás de el, y entonces algo me
hizo “Click” en la mente, ella había sido su primera vez, ellos habían sido
novios y él le había dicho muchas veces que la quería, algo se removió dentro
de mí al imaginármelos juntos, ella le había tenido antes que yo en todos los
sentidos, ellos había tenido relaciones en cambio ¿nosotros? Habíamos dormido
varias veces juntos pero nunca paso nada, a mi mente vino la noche que
estuvimos juntos por primera vez, la noche en que le dije que le quería y lo
que había estado a punto de pasar a la mañana siguiente, una parte de mi le
deseaba con todas mis fuerzas, deseaba estar entre sus brazos pero por otra
estaban mis inseguridades, el miedo a no gustarle, a decepcionarle como había hecho
con el que fue mi primer novio.
Me di una bofetada
mentalmente por estar pensando eso, el agua se había quedado fría así que Salí
enrollándome una toalla al cuerpo, me mire en espejo mientras me secaba el pelo
y recordé en lo que había estado pensando, “Sarah, eres realmente idiota” me
dije a mi misma.
*No eres la única que
lo piensa*
Vaya ahí estaba otra
vez mi vocecita interior.
“Ya tardabas en
molestarme”
*Solo te ayudo y como
has dicho antes, eres idiota*
“Gracias por tu
colaboración” conteste con ironía.
*En serio Sarah, John
te quiere, está loco por ti, así que deja de decir bobadas*
“Si lo sé, yo también
le quiero, mucho, es solo que no quiero decepcionarle”
*Y no lo harás, no
pienses en ello, cuando tenga que ser, será*
Estaba a punto de
contestarle a mi vocecita cuando unos golpes en la puerta me devolvieron a la
realidad.
-¿Sarah? Pequeña ¿Estás
bien?, pregunto John al otro lado.
-Si estoy bien, solo
necesitaba relajarme un rato, ahora salgo-, escuche un “Vale” y suspirando abrí
la puerta del baño encontrándome con esos ojos verdes que tanto me gustaban.
-¿De verdad que estas
bien? Pregunto de nuevo acariciando mi mejilla.
-Si de verdad, solo
me apetecía un baño para relajarme-, le sonreí y deposite un beso en su mejilla
para después caminar hasta nuestra habitación.
Escuche sus pasos
detrás de mí pero no le di importancia, abrí el armario buscando que ponerme
cuando sentí sus manos en mi cintura y un pequeño beso en el cuello, me estremecí
al contacto y un pequeño suspiro se escapo de mis labios, cerré los ojos y me
deje llevar por la sensación de los besos de John por mi cuello y el roce de
sus manos en mi cintura, note como poco a poco me iba girando para quedar
frente a él, metió un mechón de pelo detrás de mi oreja y esbozo una pequeña
sonrisa, cuanto amaba esa sonrisa, me acerco mas a él y junto su frente con la mía,
ni una pizca de aire pasaba entre nosotros, mire sus ojos y por inercia mordí
mi labio inferior, vi como pasaba la lengua por sus labios y los aplastaba
contra los míos, nuestros labios se movían al mismo ritmo, un ritmo suave y
lento, su lengua rozo mi labio y los abrí dejándole paso para que nuestras
lenguas se encontraran, poco a poco el beso iba subiendo de intensidad, lleve
mis manos a su nuca y comencé a acariciarle mientras el pasaba sus manos por mi
espalda.
No sé cuánto tiempo
llevábamos besándonos pero mis pulmones proclamaban por aire y al parecer
también los de John porque poco a poco fue separándose, nuestras frentes
quedaron pegadas mientras nos mirábamos a los ojos, mis manos seguían
acariciando su nuca y las suyas estaban ahora en mi cintura, sentí la necesidad
de abrazarle con todas mis fuerzas y así lo hice, me pegue a él escondiendo mi
rostro en su pecho, al instante sentí como sus brazos me rodeaban fuertemente.
-Pequeña, ¿seguro que
estas bien? Susurro en mi oído, yo no conteste solo le abrace más fuerte.
-Sarah-, me separo de
él, -en serio, cuéntame que te pasa por favor-.
-Estoy bien de
verdad-, dije mirándole a los ojos, -te quiero John-.
-Y yo a ti pequeña,
no te imaginas cuanto-, cayó por unos segundos, -pero sé que pasa algo y no me
quieres decir que es-.
-Eres tonto-, dije
sonriéndole, -todo está bien-.
El asintió aunque no
muy convencido, me acaricio ambas mejillas y me miro intensamente, una mirada
que me debilitaba por dentro.
-Por. . . ¿porque me
miras así?
-Te deseo pequeña-,
susurro lentamente mientras me acercaba más a él.
-¿Cuánto? Pregunte
con un hilo de voz.
-Mucho Sarah, deseo
tanto hacerte mía. . .
Su voz solo era un
susurro, un susurro que me estaba volviendo loca, loca porque yo también le
deseaba a él, me incline hacia delante y presione mis labios con los suyos en
un corto beso para luego acercarme a su oído.
-Hazlo. . . susurre
lentamente.
Y no hizo falta decir
nada mas, busco mis labios y comenzó a besarme lento y preciso, poco a poco me
fue guiando hasta la cama y me tumbo en ella, comenzó a darme pequeños besos en
el cuello haciendo que suspiros se escaparan de mis labios, mis manos recorrían
su espalda y sin pensármelo mas, agarre su camiseta y la deslice fuera de su
cuerpo, sus ojos verdes me miraron con una sonrisa picara haciéndome sonrojar,
John siguió con sus besos por mi cuello y no sé en qué momento ambos estábamos
completamente desnudos, aparto las sabanas y nos metió entre ellas, sentía sus
manos recorrer mi cuerpo a su antojo y por supuesto las mías no se quedaban
atrás.
-John. . ., susurre
mirándole a los ojos y el entendió lo que quería.
-Tranquila pequeña-,
estiro su mano hacia la mesita, abrió el cajón y saco una caja de preservativos,
saco uno y lo dejo a un lado.
No dije nada mas,
solo cerré mis ojos y deje que hiciera a su antojo, sus caricias, sus besos
todo se sentía como si fuera la primera vez, sentí su mano tocarme y sin
quererlo un pequeño gemido se escapo de mi boca, y como ese algunos más, me
mordía el labio tratando de no emitir ningún sonido pero mis intentos eran
fallidos, escuche la risa de John chocar contra mi cuello, abrí los ojos y vi
que me miraba, deslice mi mano entre las sabanas y entonces lo note, empecé a
acariciarle y vi como John cerraba los ojos y se mordía los labios, aumente mi
ritmo y le escuche gemir, esta vez fue mi risa la que choco contra su cuello.
Busco mis labios de
nuevo mientras estiraba su mano y cogía el preservativo para ponérselo, un beso
mas y entonces le sentí, eche la cabeza hacia atrás mientras mordía mis labios,
John besaba casa parte de mi cuerpo haciéndome estremecer, acelero sus
movimientos y minutos más tarde entre respiraciones agitadas y jadeos él se
desplomo encima de mí, nos quedamos unos minutos sin decir nada solo calmando
nuestras respiraciones.
Sentí que el sueño me
invadía, John se removió poniéndose a mi lado y me atrajo a sus brazos para
rodearme con ellos, escondí mi cara en el hueco de su cuello y deje que Morfeo
me llevara por unas horas.
[. . .]
Cuando desperté me
removí por el lio de sabanas y note que John no estaba conmigo, me senté en la
cama y frote mis ojos y entonces escuche el agua de la ducha correr, me levante
y abrí el armario, saque un par de pantalones cortos de chándal y una camiseta
holgada, me hice un moño de estar por casa y Salí de la habitación para bajar
abajo. Nada más llegar al salón me encontré con Edward tirado en el sofá viendo
la televisión.
-¿Y Mel? Pregunte.
-En la cocina
haciendo la cena-, contesto mientras cambiaba canales.
-¿Cena? Pe. . . ¿Pero
qué hora es? Fruncí el ceño, “¿Tanto había dormido?”.
-Sarah son casi las
10 de la noche-, dijo riéndose.
-Ummm, mejor voy y la
ayudo-, dije frotándome la sien mientras me dirigía a la cocina.
Cuando entre me
encontré con una Mel envuelta en patata y huevo y con el delantal puesto, negué
con la cabeza riéndome.
-Bonito look-, dije
apoyada en la encimera.
-Hola bella
durmiente, no, no necesito ayuda, gracias-, contesto irónicamente.
-Vale lo siento-,
conteste riéndome, -¿Te ayudo?
-Si por favor, dime
que sabes hacer tortilla-, contesto una Mel mirándome con ojitos.
-Si, mi madre me
enseño, déjame a mi-, ella se aparto y yo me puse a preparar la tortilla,
-prepara tú la ensalada ¿vale?, asintió y entre las dos nos pusimos manos a la
obra.
Una hora más tarde la
cena estaba lista, le dije a Mel que llamara a los chicos para que pusieran la
mesa, se acerco a la puerta y grito sus nombre seguido de “LA MESA”, me gire
mirándola y ella solo se encogió de hombros y dijo “¿Qué?, así hacen caso”, nos
miramos y las dos estallamos en carcajadas.
Al fin la mesa estaba
puesta después de que Mel tuviera que ir a por Edward y traerle de una oreja,
el solo se quejaba diciendo que quería ver los dibujos mientras ella le
regañaba como si de un niño pequeño se tratara, estaba cogiendo las servilletas
cuando sentí sus manos en mi cintura, di un respingo y escuche su risa, me gire
y quede frente a él.
-Ha sido increíble-,
susurro en mi oído, -te quiero pequeña.
-Si que lo ha sido-,
me incline para darle un corto besos en los labios, -yo también te quiero-, y tras
eso los dos fuimos a la mesa donde nuestros amigos nos esperaban.
La cena transcurría
entre risa y bromas como siempre que nos juntábamos, Edward dijo algo de una
fiesta que se celebraba cerca del puerto al día siguiente y tras discutirlo decidimos que sería genial
ir y pasar un buen rato los cuatro.
[Mel está de vuelta y
todo parece ir genial, los cuatro amigos se olvidan de todo para pasar unos
días juntos pero tal vez no todo sea felicidad y una de las chicas vuelva a
casa sola y con el corazón roto. . . ]