Y bueno que sobra decir que por favor me dejéis un comentario debajo que ayudan mucho y votéis en la encuesta. Y bueno nada mas que por ahora esto sigue y espero que no pare jejeje.
Espero que os guste el Capitulo, ay cosillas que se que a mas de uno le gustaran ;)
Os adoro mis pequeños duendecillos! LOVE!
NARRA SARAH
Me lo había pasado en grande bailando con John por todo el salón, era
digno de repetir pero claramente tendrían que estar Mel y Edward.
Después de ese momento de locura nos sentamos y comimos entre risas, me
encantaba pasar tiempo con John, era tan gracioso, me hacía reír a todo momento
y la verdad no muchas personas consiguen eso.
No pude evitar fijarme que hoy estaba raro, no sé como si algo le
distrajera, pero seguro que eran imaginaciones mías, cuando terminamos se
empeño en ayudarme a recoger y lavar los platos pero aunque le dije cientos de
veces que no al final me rendí, y me ayudo a recogerlo todo, de verdad que yo
creí que no había nadie más cabezota que yo, pero está claro que me equivocaba,
porque John Grimes es el ejemplo perfecto de cabezonería.
Tras terminar de recoger todo cogimos nuestras guitarras y salimos al
jardín, nos sentamos y yo acto seguido solté la mía y me crucé de brazos,
estaba enfadada con esa maldita nota que no quería ser tocada por mí, vi como
John se reía, aunque no me extrañaba seguro que mi cara sería digna de reírse.
El se quedo mirándome atentamente, me dijo que tocara para así ver donde
estaba el fallo, suspire y me coloque bien, comencé a rasgar las cuerdas, la
canción iba bien hasta que como era de esperar esa nota llegó y para nada sonó
como debería, alcé la vista y le vi reírse a carcajada limpia, "Sera
capullo".
Después de decirle que si se iba a reír lo dejábamos, se sentó detrás de
mí y apoyo sus manos sobre las mías, note ese contacto y me estremecí, me dijo
que comenzara a tocar y rasgue las cuerdas guiada por sus manos, la nota salió
por perfecta, pero no era para menos tenía un buen maestro, al acabar el cogió
su guitarra y nos pusimos a tocar juntos, varias veces nos mirábamos y yo le
dedicaba alguna que otra sonrisa, el me la devolvía sin mucho esfuerzo, juro
que adoro su sonrisa.
[. . .]
Estábamos los dos tumbados en el suelo tomando el sol podría decirse,
gire un poco la cabeza para mirarle, estaba con los brazos detrás de la cabeza,
tenía los ojos cerrados y una pequeña sonrisa en los labios, sin duda había
cambiado mucho, me quede un rato observándole.
*Que ¿Guapo verdad?*-dijo un voz en mi cabeza.
“¿Qué?”
*No te hagas la tonta, hace rato que le miras*
“Pss. . . Bobadas”
*Vamos Sarita a mi no me engañas*
“¿Se puede saber quién eres para meterte?”
*Cielo soy tu conciencia, ósea soy tu*
“Lo que faltaba, y que si le miro ¿eh?”
*Tranquila fiera, pero no me negaras que te gusta*
“Si claro, alucinas, no me gusta John somos amigos”
*Ya ya, amigos. . . lo que tu digas, pero aunque lo niegues John te
gusta*
“Ag que pesada, ¿quieres esfurmarte?,¡molestas!”, - dije en voz alta.
-¿Molesto?, si quieres me voy, dijo John con tono de preocupación.
-No no, claro que no molestas, es solo que. . . nada déjalo bobadas mías,
-dije negando con la cabeza y acto seguido le dedique una sonrisa. Vi como se
levantada de un salto y se giraba para mirarme, no entendía nada.
-¡Vamos!, dijo cogiéndome de las manos y ayudándome a levantarme.
-¿A dónde?, pregunte mientras me reía.
-Hace un día estupendo como para quedarse en casa, contesto empujándome
hacia la puerta para que entrara en casa. Estaba ya en la puerta principal con
las llaves en la mano cuando le llame.
-¿John?, ¿No pretenderás que salga así verdad?, dije señalándome de
arriba abajo.
-¡Oh!, cierto, cerró la puerta y se acerco a mí, -pues venga no se a que
esperas ve a cambiarte, contesto empujándome escaleras arriba.
Entre en mi cuarto riéndome, me imagino la cara de la gente si hubiera salido
así de casa, en fin prefiero no pensarlo. Abrí el armario y cogí un short
tejano y una camiseta blanca con detalles en marrón caída de un hombro, lo
acompañe con una chaqueta vaquera torera de media manga, me quite ese moño soltándome
el pelo y lo deje tal cual, un maquillaje simple y un toque de colonia.
Cogí una pequeña mochila de color marrón, metí las cosas dentro y baje
las escaleras, John estaba sentado en el sofá viendo la televisión por lo que
ni se percato de mi presencia, abrí el zapatero y me puse mis sandalias planas
blancas, ahora sí que estaba lista. Me acerque al sofá y rodee a John por los hombros,
haciendo que el levantara levemente la cabeza y sonriera.
-Estoy lista, dije esbozando una sonrisa.
-Bueno pues vámonos, dijo apagando la televisión y levantándose.
Me dirigí hacia la puerta, pero notaba algo raro, como si alguien me
observara, asique me gire y le vi ahí, apoyado en el sofá con los brazos
cruzados y mirándome.
-¿Pasa algo?, dije levantando una ceja.
-No, solo que estas preciosa, sonrió y dicho esto se acerco a mí cogiéndome
por los hombros y empujándome hacia afuera.
Íbamos caminando tranquilos, la verdad no sé donde tendría pensado ir
pero no es que me importara realmente, sabía que con él sería incapaz de
aburrirme.
NARRA JOHN
Preciosa, si esa era la palabra para describir a Sarah, iba realmente
preciosa, cuando camino hasta la puerta no pude evitar quedarme mirándola, solo
tu amiga John recuérdalo, Sarah es tu amiga, pero entonces ¿Por qué no podía
dejar de pensar de esa manera hacia ella?, espera no será que. . . ¡No, no no!
No me gusta Sarah, es mi amiga, si eso mi amiga.
Íbamos caminando tranquilamente, sabía que empezaban las fiestas, era lo
mejor del verano, la feria, asique que mejor que llevarla al parque y pasar una
tarde divertida, estaba seguro de que a ella le encantaría la idea. Ya estábamos
llegando cuando de repente ella se paró en seco en medio de la calle, pero
¿Qué. . .?
-¡¡¡JOHN!!!, grito girándose hacia mí y abrazándome efusivamente, me reí
de su reacción y la abrace.
-¿Cómo sabias que me iba a gustar eh?, dijo sin soltarse de mí.
-Bueno soy adivino, conteste separándome de ella y dedicándole una
sonrisa.
-Bueno pues, señor adivino quiero subirme ahí, dijo señalando la montaña
rusa.
Asentí y nos dirigimos hacia la entrada de la feria, a ella se la veía
ilusionada, cual niña pequeña y eso hacía que yo riera, pase un brazo por
encima de sus hombros y nos fuimos hacia esa atracción. Ya en la taquilla pague
las entradas, quería hacerlo ella pero le dije que hoy invitaba yo, a lo que
ella respondió refunfuñando. Nos pusimos a la cola a esperar nuestro turno, no
pude evitar fijarme en un tío que no le quitaba ojo a Sarah, se la estaba
comiendo con la mirada, iba a cercarse a ella cuando yo volví a poner mi brazo
alrededor de sus hombros, el tío pareció pensárselo dos veces y se giro mirando
en otra dirección.
-No creas que no lo he visto, dijo ella mirándome con una sonrisa picara
en los labios.
-No sé de que hablas, conteste mirando al frente.
-Ya, ya, pues entonces, paso su mano por mi cintura, -esa tía no te
quita ojo, me miro y me giño un ojo.
No pude evitar sonreír, y ella tenia razón una chica que estaba delante
de mi no paraba de mirarme, pero en cuanto vio a Sarah agarrarme se giro
mirando hacia otro lado.
Pronto llego nuestro turno para subirnos, la verdad me encantaban estas
atracciones y por lo visto a ella también porque no la vi dudar ni un segundo.
Nos lo estábamos pasando genial, nos montamos en la montaña rusa como 4
veces seguidas hasta que optamos por cambiar de atracción, nos fuimos a una de
agua, si claramente acabaríamos empapados pero con el día que hacía no tardaríamos
en secarnos.
Dejamos las cosas en una taquilla y nos subimos, como era de esperar
acabamos empapados de arriba a abajo, Sarah no podía dejar de reír mientras nos
bajamos de la atracción y yo con ella, mucha gente había utilizado el
chubasquero pero la verdad acabaron igual de mojados que nosotros o más.
-Sera mejor ir a tomar un helado y haber si nos secamos, dije estrujando
un poco mi camiseta.
-Si, estoy de acuerdo, contesto ella estrujando su melena para quitar el
exceso de agua.
Iba a volver a agarrarla cuando me dio un suave golpe en el brazo y salió
corriendo mientras gritaba, “Esto lo pago yo”, no pude evitar soltar una
carcajada y salir tras ella mientras esquivaba a la gente.
Cuando llegué a su altura ya había pagado los helados, la mire
seriamente y ella puso pucheros, a eso si que no podía resistirme, le dedique
una sonrisa y nos fuimos a sentar en una pequeña mesa que había.
No tardamos mucho en secarnos, íbamos a levantarnos para ir a ver el
resto de la feria cuando me sonó el móvil, reconocía el numero perfectamente y
antes de contestar cruce los dedos. Mientras hablaba por teléfono me fije en
que Sarah estaba con su móvil y no paraba de reírse, después de 10 minutos al teléfono
colgué y suspire mientras sonreía.
-¿Y tanta alegría?, pregunto ella guardando su teléfono y sonriéndome.
-Era el dueño del concesionario, mañana a primera hora me traen mi
coche, ¡por fin!, exclame levantando las manos.
-¡Ah! Por cierto, Mel vuelve antes del día con sus padres, me ha dicho
que ha hablado con tu hermano y han quedado, le he dicho que se vinieran a la
feria, podríamos cenar por aquí y disfrutar con ellos, dijo mientras se
levantaba y me cogía la mano para que me levantara yo.
-Me parece bien señorita, dije agarrándola por los hombros, ¿Qué te
apetece hacer ahora hasta que lleguen?.
-Vamos a la casa de tiro, contesto muy segura, -te daré una paliza
“Jonathan”, soltó una risa malvada y echo a correr. ¡Oh! se iba a enterar,
nadie en su sano juicio me llama “Jonathan”, esta me la pagaría.
Estuvimos en la casa de tiro como 1 hora, la verdad era realmente buena,
sobraba decir que me estaba ganando, pero entonces a falta de un pato por tirar
me acerque a ella y le sople ligeramente la oreja, ¡ZAS! Falló y yo no pude
evitar reírme a carcajadas.
-¡JOHN GRIMES!, eres un tramposo, me has puesto nerviosa, dijo mientras
me pegaba golpecitos en los brazos a la vez que se reía.
-¿Te pongo nerviosa Sarita?, le dije con voz sensual y acercándome a
ella.
-Idiota, dijo con media sonrisa y me dio una colleja.
Me lleve una mano a la nuca, la verdad pega fuerte aunque sea de broma,
pero había valido la pena, ella había fallado con lo cual yo ganaba y además me
encanto la manera en que se sonrojo cuando me acerque a ella. Por haber ganado
tenia premio y quería ser bueno con ella asique le dije que escogiera lo que más
le gustara, y como no eligió lo más grande del puesto, un oso enorme y que
estaba seguro que al final yo cargaría con él.
Decidimos ir a sentarnos en nuestro sitio de siempre, cerca del rio así esperaríamos
a que mi hermano y Mel llegaran.
Es algo cortito lo sé, pero queria dejarlo así, en el próximo hay muchos mas detalles! ;)